De este año no ha pasado. Entre que uno siempre ha tenido el gusanillo de sumergirse en el color de esos mares rojos y dorados que se ven por los pueblos de la Ruta del Mimbre durante el otoño, y las imágenes que estos días estoy viendo en el Facebook del Plamit y del amigo Manolo, no lo he podido resistir y me he acercado a Cañamares, donde estos días también han sido Feriescabas y las fiestas de San Millán, que poco tienen que envidiar a las del verano en animación.
Bueno si, se podrían envidiar los baños en la playeta, que ofrecía este aspecto.
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