domingo, 23 de abril de 2017

Día de la Tierra


Lo llamamos el Día de la tierra, pero cada vez la asfaltamos más, hasta ahogarla. Superpoblación y explotación. Hace tiempo que dejamos de ser una especie sostenible y nos hemos autoproclamado «reyes de la creación», con eso justificamos las barbaridades cometidas con el resto de seres vivos, incluidos «otros» humanos: por dinero, por poder sin «sabiduría» o por pura maldad. Se nos olvida que estamos de paso. No sobreviviremos, ni como especie, ni como individuo, lo único que nos quedará son las sensaciones, los momentos vividos. Ese es el único regalo de la existencia que podemos recibir y el único que podemos legar: Sentir el calor del sol o el frío de la mañana, la textura de la hierba bajo nuestros pies, los colores, sonidos, olores y sabores que nos brinda el simple hecho de estar aquí y ahora. La percepción es un gran regalo que no todo el mundo valora, o que dejamos de disfrutar inmediatamente para buscar «algo más». Somos adictos a las sensaciones, un animal insatisfecho por naturaleza. Una simple cena en torno al fuego, hablando con los amigos de «siempre» mientras los críos juegan. Eso es bastante. Esa es la paz que le deseo a todo el mundo y de la que fui consciente ayer por unos momentos en el «Día de la Tierra»



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