En fin, que me desvío del tema. Al final no me he podido acercar hasta el Nacimiento del Río Cuervo, ni a la Cascada del Molino Viejo de Calomarde en Teruel, que debían estar congeladas y preciosas estos días. Al menos el primero según he visto por las fotos de varios amigos que me han dado mucha envidia, pero ea, como decimos en Cuenca con esa especie de resignación, ya habrá otras ocasiones en este recién estrenado invierno. Espero.
Tanto que decíamos y al final se ha presentado de repente, congelándolo todo a su paso menos la tarifa de la luz, que por lo visto se va a volver un artículo de lujo...
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